Me levanté de mi cama a mitad del día, el sol en su punto más alto dándome en el rostro entre los rayos que entran por mi cortina. Me levanté con el cuarto en penumbras a pesar de la agresividad del sol. Sabía que algo andaba mal, mi vista no tan buena lo veía, lo presentía. Mis ojos desenfocados por el sueño idóneo miraron hacia los lados, dándome cuenta del rojo, el rojo que cubría mis paredes a...